viernes, 31 de marzo de 2017

COMPLEJOS




Hay situaciones psicológicas que afectan a las personas, eso es normal y está en la decisión y la posibilidad de cada sujeto enfrentarlas y, si les es posible, reparar en pos de una mayor salud mental. El problema se suscita cuando a esas situaciones irresueltas y problemáticas el sujeto las busca resolver en la esfera pública, e incluso y peor, dentro de la función pública, ya que ese problema individual sin resolver puede afectar a millones de personas. Un caso quizá emblemático sea el de Alejandro Rozitchner, el “filosofo” presidencial. Quien en su obstinado afán de resolver cuestiones psicológicas con su padre, el gran pensador de izquierda León Rozitchner, ha llegado a la condición menos deseable para cualquier persona que intenta pensar con cierta libertad, la de ser un propagandista oficial del poder. De buenas fuentes, cercanas a la familia Rozitchner, se sabe que el separarse papá León de su mujer, Alejandro fue criado por su madre. Las cuentas pendientes familiares con su padre parecen jugarle a Alejandro una mala pasada, y llevarlo a un camino de enfrentamiento sistemático que intenta desarrollar en el mismo terreno en que su padre se desenvolvía con maestría. Sin embargo, el problema mayor no tiene que ver con los complejos irresueltos del hijo sino con cómo la problemática clínica afecta en este caso a millones de personas a las cuales Alejandro intenta influir con sus textos de extrema simpleza dedicados a difundir las bondades y la conveniencia de la estupidez y el individualismo en un mundo que los premia especialmente. Textos difundidos con dineros públicos. Sueldo de asesor pagado con dineros públicos. La “guerra” con papá León pareciera motivar cada línea escrita por Alejandro. No obstante, otra situación se suma al complejo irresuelto y a la “guerra” con papá: la imagen espejada de otro gran batallador contra su propio padre, en quién Alejandro encuentra un par, una referencia que lo enamora. El Presidente Macri. Capaz de dar la lucha fraticida en el terreno del poder y haber llegado a una altura que permite una disputa de igual a igual con su padre y mentor Franco, hasta el punto de intentar condonar una deuda de 70.000.000 a su propio padre, que a pesar de no haberse podido efectivizar, en términos psicológicos no deja de ser una muestra de triunfo y un mojón en la historia familiar de los Macri. Situación de igualdad a la que nunca podrá aspirar Alejandro, y no sólo porque su padre se encuentra ya fallecido.

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