martes, 28 de abril de 2009

Partiditos o partidazos

Alguien dijo por ahí "... cuando dijeron que se vayan todos, se fueron sólo los partidos...". ¿Puede pensarse un futuro de berlusconización de la política argentina? Es decir, ante la ausencia, el desprestigio, la desorganización de los partidos, ante su reducción creciente de contenido institucional e instituyente, o sea de su peso social y participativo, puede pensarse que estamos asistiendo al inicio de "las democracias de los millonarios". Si los partidos eran garantes de instancias de partcipación y de debate, antes que estructuras corporativas piramidales, ante la pérdida y el desplazamiento de instancias participativas hacia esqueletos más o menos rígidos de alianzas y lealtades que dependen de las chequeras, las inversiones en campañas, las posesiones y/o favores de las empresas de comunicación masiva y de los formadores de opinión, la toma de la actividad política por medio de millonarios multimediáticos lanzados a la conquista del electorado a través de empresas especializadas en marketing, nos deja desarmados a la hora de oponer fuerzas populares organizadas. ¿Alguien puede creer que una campaña para eleciones legislatvas en la que se gasta más de 50 millones de dolares no constituye una inversión en negocios futuros? ¿Alguien puede creer que semejante gasto se debe a las ganas de "Paco" de Narvaez de laburar para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Provincia de Buenos Aires? No parece ser la lógica de un empresario. ¿Cuántos negocios habilita la gobernación de la provincia de Buenos Aires, entre ellos la efedrina? Se impone una tarea a la militancia: la reconstrucción de la legitimidad de los partidos, la intensa necesidad de participación en las estructuras políticas, la normalización de sus funcionamientos, las elecciones internas, las discusiones y las lealtades a una cierta identidad histórica y a representaciones sociales específicas. Hace rato que declaro que hay que recuperar los partidos y sobre todo las eleccones internas, quiza en el caso particular del PJ sea más necesario aún ya que esa estructura puede ser usufructuada tanto por los Macri como por los De Narvaez que tienen tanto de peronistas como Amalita Fortabat o Hugo Biolcati. Compañeros, y este comncepto es amplio, puede incluir a Kirchner y a Duhalde, a Scioli y al Lole, a Curto y a Bielsa, decía, compañeros, o vamos camino de las internas, la participación de la militancia en las decisiones, el dialogo tolerante, la construcción nacional, o nos dejamos garcar el partido por los millonarios paracaidistas. Ya sabemos, somos un movimeinto amplio, pero jamás liberal y menos neoliberal.

viernes, 3 de abril de 2009

Continuidades

Se puede pensar, si se tiene ganas de hacerlo, que Alfonsín es al kirchnerismo lo que Irigoyen fue a Perón, es decir, hay una suerte de continuidad, de profundización, una identificación con maneras y estilos, una misma vereda y algunos contrincantes comunes (recomiendo ver el video en youtube, para los desmemoriados, del discurso de Alfonsín en la Sociedad Rural en el año 88´) Lo dije en otra nota, tanto el kirchnerismo como el alfonsisnismo tuvieron la virtud de situarse a la izquierda de la sociedad y de pararse sobre la fractura de la sociedad. Volviendo al discurso de Alfonsín en la Sociedad Rural me da por preguntarme (veanló, se los pido, es necesario para comprender lo que diré a continuación) ¿qué diría Clarín si hoy se diera de parte del Gobierno un discurso de esa virulencia, de esa claridad, de esa -por qué no- violencia? Es para pensarlo, cuando la tapa de Clarín y La Nación se desviven en homenajes al "hombre probo" de nuestra democracia. Parece que hoy Alfonsín es levantado como el "demócrata ideal" por los diarios de mayor tirada. Pienso, sin embargo, en los atributos que los mismos diarios le endosan a la Presidenta (soberbia, autoritarismo, odio, violencia, venganza). La profunda ambivalencia, el afán de confundir, la desidia, la manipulación, la campaña opositora encabezada por Clarín, da para pensar en si un tipo como Alfonsín merece ser homenajeado por ese grupo empresario. Se me ocurre que Alfonsín merece mucho más que ser parte de una burda campaña de parte de quienes se oponen a los cambios que Alfonsín, en ese gran discurso de la Sociedad Rural, propuso llevar adelante. Creo, con sentida sinceridad, que el mejor homenaje a la figura de Alfonsín, es el apoyo a las políticas que él intentó llevar adelante: Juicio a las juntas, política de derechos humanos, combate a los monopolios, compromiso con la democracia y la equidad social, claridad en las posturas de política exterior orientada a posiciones progresistas. Que las cosas son mucho más complejas que un mero voluntarismo, se sabe. Lo supo Alfonsín que tuvo que irse antes de terminar el mandato y que tuvo que dictar las llamadas "leyes de perdón". Para quienes quieran seguir pensando en binario, en radicales y peronistas, quizá esta nota suene extraña. Por mi parte, creo que existen grandes continuidades entre el Gobierno que se inició en 1983 y el que arrancó en 2003. Sobre esas continuidades estamos hoy parados. Me preguntaba en otra nota cuál es el sujeto del kirchnerismo, me pregunto ahora cuál fue el del alfonsinismo, sigo encontrando continuidades, quizá podamos aprender de los errores. ¿Qué peronista no puteó a Alfonsín? Y sin embargo hoy... Mirá lo que quedó...