jueves, 26 de marzo de 2009

La fractura social

Es cierto, este es el mejor momento para el kirchnerismo aunque aparente lo contrario. Cuando un proyecto político se encuentra parado sobre la línea que divide a la sociedad, es el momento en que se avisora un verdadero cambio. Los conglomerados de corporaciones agrarias, mediáticas, financieras e industriales, afectos a los estudios detallados, incluso a través de permanentes encuestas y estadísticas, sobre cuestiones económicas y sociales, han reconocido a la perfección este estado de cosas y han reaccionado en consecuencia viendo amenazado el modelo de país que les reporta mayores privilegios. La sorpresiva llegada el poder de Kirchner los tuvo perplejos los primeros cuatro años. Creyeron que el Gobierno Kirchnerista venía sólo a realizar la pantomima de la justicia social y la distribución, a calmar las agitadas aguas que aún corrían desde el 2001, y acertaron, venía a eso, pero también venía a algo más. El Gobierno de Cristina, mucho más peronista que el de Néstor les mostró la verdaera cara del proyecto. Una recostrucción estatal capaz de hacer respetar regulaciones e intervenciones virtousas, una lucha cultural permanente en el simbólico terreno del relato, un desenmascaramiento de las relaciones sociales existentes. Cuando desde la oposición se escucha decir que el kirchnerismo divide a la sociedad, se escamotea el hecho de que la sociedad está realmente dividida y lo que el kirchnerismo hace es pararse sobre esa fractura para interpelar a la sociedad. Ciertamente, quizá como pasó con el alfonsinismo, el kirchnerismo parece estar a la izquierda de la sociedad. No tanto por sus programas y propuestas sino por su reivindicación de lo político como herramienta de transformación social. El combate permanente que lleva adelante el gobierno para contrarestar el sentido común clarinizado que versa sobre lo antipolítico, que exalta la gestión eficiente y despolitizada, que transforma cualquier accíon estatal en una agresión hacia "la gente", es realmente emocionante. La generación de la confusión entre gobierno y estado que realiza la corporación mediática, deja ver su verdadera cara cuando Carrio declara que hay que volver a endeudarse con el FMI. La deliberada ausencia de análisis sobre al conflictividad que implica siempre una decisión redistributiva y la permanente construcción de conceptos como "La Caja" o "El Campo", elaboran una estrategia populista generando un significante vacío que sólo cumple la función de unir demandas que de otra forma serían antagónicas. Esta operación discursiva permite que un tipo que alquuila un dos ambientes en el barrio de almagro y labura como empleado en un comercio salga a cacerolear a favor del "Campo" cuando el lockotu patronal que el apoya genera la suba de precios de los alimentos que él mismo consume. Es decir, cacerolea para que suban los precios, o sea para la depreciacación de su salario. Cuando cualquier acción del Gobierno se presenta como producto de un fraude futuro, cuando la política se traslada al terreno de la moral, se disuelve la democracia, es decir la cima escindida que permite el debate entre gobierno y oposición para, se supone, hacer lo mejor para la Nación. Cuando el oponente político para a ser el enemigo moral, cuando la disputa política se resume en "la gente o los delincuentes", la democracia se ecnuentra suspendida y amenazada. Quizá tenía razón Cristina cuando decía hace unos días " No nos critican por nuestros errores sino por nuestros aciertos". Entre ellos cuento el de situarse siempre sobre la fractura de la sociedad, el de mostrar y denunciar las relaciones y correlaciones sociales existentes, el de regresar al lenguaje de la política, el de dar la lucha por el relato, el de apostar a recomponer el estado. Queda pendiente preguntarse ¿Cuál es el sujeto del kirchnerismo?...

jueves, 19 de marzo de 2009

Seguratas

Entre la declaración susanística "El que mata tiene que morir" y la propuesta posterior de la diva de volver a la "colimba" media un abismo que quizá hable de cierto crecimiento social. En el medio queda la inefable y minúscula marcha encabzada por el rabino fashion Bergman a la que Susana no asistió. Quiero decir, lejos de estar de acuerdo con "Su" y la propuesta de la vuelta de la colimba, que se ha pasado en el caso de Susana de una frase en caliente a una propuesta, cosa que le resultó posible a Susana, la misma que creyó que habían encontrado en la patagonia un dinosaurio vivo, pero le resulta imposible a la oposición política, ya sea la liderada por la oscurantista Carrió o el ajedrecista Duhalde. También, esto hay que decirlo, la ausencia de propuestas serias para el tema no es un privilegio de la oposición. Sucede que las urgencias del caso llevan a desear una pronta solución del problema de la "inseguridad". Problema que será necesiario como primera medida plantear correctamente o al menos problematizarlo para no caer en una visón facilista digna de TN. a)El Trabajo en negro supone inseguridad laboral, es decir deberes que no se cumplen, derechos que se evitan. b)La desocupación implica quizá la mayor de las inseguridades, la de saber si será posible comer mañana. c)La ausencia de futuro conlleva una desvalorización del presente y de la vida, propia y ajena, es decir constituye un factor de gran inseguridad. d)La precarización de las formas de vida, habitar en lugares contaminados e inundables, es indudablemente una inseguridad general en aquellos sectores más vulnerables. Problemas que ciertamente están fuera de las agendas de las marchas y los discursos sobre la inseguridad, que parecen centrarse sólo en la inseguridad de las clases acomodadas y su temor a ser robados, secuestrados, etc. Creo que un planteo serio sobre el tema requiere poner en discusión qué se entiende cuando se habla de inseguridad. Paso previo a cualquier posibilidad de encarar soluciones. Modestamente, el mejoramiento en la calidad de vida de los sectores empobrecidos ataca causa y consecuencias de la inseguridad, entendiendo esta como una situación integral que recorre la sociedad y se manifiesta en diferentes aspetos y formas. No sólo el combate al desempleo sino la generación de empleo genuino, el mejoramiento de la calidad habitacional, programas de acceso a la educación, es decir la oferta concreta de posibilidades de futuro, es lo único que ayudará a disminuir los distintos tipos de inseguridades.

lunes, 16 de marzo de 2009

Pensar desde acá

Resulta llamativo. Ayer hablaba con un amigo abogado y él me confesaba la falta de herramientas para pensar el problema del derecho y la justicia en Argentina. Lógicamente, esto se traduce en un inconveniente mayor, la falta de herramientas para pensar lo social en modo general. Quizá el hecho de que en nuestras universidades se formen funcionarios, intelectuales, pero escasa o nulamente pensadores sea una de las claves, una de las tantas que permitan una suerte de genealogía del pensamiento social, o de cierto tipo de producción y reproducción del mismo. Parece que en Argenitna no hay pensadores, hay si profesores, intelectuales. La diferencia puede parecer nimia, pero no lo es. Los pensadores son los generadores de teorías (por ejemplo Foucault. ¿Quién es Foucault? Un pensador francés). ¿Quién es o fue, por ejemplo, Enrique Marí? Un intelectual argentino. Esta sutíl diferencia esconde una situación compleja. Las teorías sobre los social y sus posibilidades de abordaje, sus conceptos y relaciones establecidas se generan fuera de nuestras universidades y luego se importan y reproducen aquí transformándose en recetas desde las cuales se observa la realidad. La pretensión universalista y humanista de la ciencia europea heredera de la Ilustración sigue vigente y sobre todo en los países periféricos en donde funciona como un correlato del poder de las metrópolis centrales. Cuando uno recuerda los esforzados intentos de las Catedras Nacionales, realmente siente emoción. La necesidad de pensar desde acá nuestra realidad, exije la creación de conceptos y categorías acordes a una realidad específica y que, lógicamente, sirvan a esa realidad específica. Es decir, se sitúe por fuera de cualquier pretensión universalista. Nó solo es un tema de conceptos, es también una cuestión de lenguajes y tradiciones, de relecturas históricas. Al brindar una respuesta específica a un problema específico se ofrece una posibilidad de solución a otros contextos más o menos similares, siempre con adaptaciones y reconfiguraciones. Lo inaceptable para las usinas de ideas occidentales (EEUU, Francia, Alemania, Inglaterra) es la posibilidad de recetas propias en los países periféricos. A la luz de los hechos actuales, la situación se presenta propicia para inciar un cambio de escenario. Ofrecernos primero y luego ofrecer soluciones posibles, modelos sociales deseables, con posibilidades de ser exitosos, es decir munidos de cierto pragmatismo pero basados en lo utopico. Ciertamente, casi cualquier cosa puede decirse sobre el peronismo, pero quizá una de las cosas que permanecen veladas tenga que ver con su capacidad de ofrecer soluciones específicas. A veces creo, que lo verdaderamente inaceptable del peronismo fue su capacidad de dar respuestas, su pretensión de crear una cultura, de hecho su creación cultural, su subjetividad específica y compleja, plagada de contradicciones como toda subjetividad capaz de construir poder en el marco de la democracia de masas. Laclau palntea en "La razón populista" que toda operación políticamente exitosa en la sociedad de masas sólo puede responder a una lógica populista sea cual fuere su signo político. En este sentido, creo, el peronismo ofreció también su programa de manera anticipada, en su misma lógica de construcción ofreció una respuesta particular, pensó desde acá.

viernes, 13 de marzo de 2009

El discreto encanto de la moderación

En el sentido común de la clase media, formateado por las permanentes operaciones mediáticas que conduce el grupo Clarín, la moderación de gestos y lenguaje se ha transformado en un valor positivo. Esta defensa de los modales, que podríamos llamar victoriana, se condice de forma directa con al idea de gestión despolitizada y desideologizada con que habitualmente suele confundirse a la población. Así, cualquier modo de conducirse por fuera de esa modalidad pretendidamente neutra, cuyo gesto más significativo sea quizá la forma en que maneja sus manos al hablar el inefable Mariano Grondona, gestualidad que hace parecer exaltado al mísmísimo cardenal Bergoglio, decía que cualquier tono apenas altisonante o cualquier gesto de firmeza y vigor, aparecen como groseros y destemplados. Está lógica del buen gusto, enarbolada por el grupo Clarín y sus aliados, fue uno de los baluartes sobre los cuales se paró la experiencia mediática de la Alianza hacia fines de los noventa. Una crítica de las pasiones, o sea también una crítica de la política, desde la apropiación del buen gusto. La Alianza ganó (es una forma de decir) y se hizo Gobierno (al menos eso creyeron), y la figura cumbre de la moderación fue ese Presidente que moderadamente finalizó su mandato con el moderado y nunca exaltado estilo que le permitió decretar un estado de sitio y reprimir las manifestaciones populares con el saldo de cerca de 30 muertos. Todo un ejemplo de moderación y mesura que había conseguido el voto mayoritario de la clase media clarinizada.
Luego Duhalde y "La crisis causó dos nuevas muertes", otra vez, como siempre, los modales victorianos de Clarín dirigidos a la clase media. Pero oh sorpresa, llegó Nestor y se confundió entre la gente rompiendo todo protocolo, es decir, internándose en el terreno del "mal gusto" que siempre es sinónimo de lo popular. Así se transformó para Clarín el Presidente de los modales destemplados, de la desmesura y el autoritarismo. Porque, entendamoslo bien, tener modales, no exaltarse ni siquiera frente a la peor injusticia, no levantar nunca la voz, en eso se demuestra lo republicano, en eso se demuestra que no se es facho. Lo que esconde y escamotea el tema de los modales es la pretensión de objetividad, nadie que se altere puede ser objetivo, dice el sentido común clarinizado. El problema es que desde el Gobierno de Néstor se plantea la disputa de verdades y nunca la objetividad, es decir que a partir de la llegada del kirchnerismo al poder lo que se ve claramente es la vuelta de lo político como construcción de relato y la denuncia permanete de que esa construcción nunca es inocente y objetiva sino que es siempre ideológica. El gran problema de Clarín es el de no poder dejar ver su ideología porque si eso pasara todo su contrucción de relato se desmoronaría porque está basado en una falaz objetividad. El Gobierno de Cristina, mucho más peronista que el de Néstor en cuanto a la confrontación interna (Néstor se ocupó de la banca intrenacional y el FMI) se plantá aún más en la disputa ideológica por ende la lucha con Clarín se vuelve evidente. ¿Qué te pasa, Clarín?, expresado desde una tribuna política, no es una pregunta que busque respuesta, es, a la manera de increpar barrial, un desafío; y se da a pocas semanas de la presentación del proyecto de ley de radiodifusión. Insisto con esto, no es una pregunta para que Clarín diga por qué combate a este gobierno y en particular a la figura de Néstor Kirchner, es un " a mi no me van a correr". Si la moderación es la síntesis de la antipolítica y la ideología d ela gestión eficiente, la exaltación y el desafío, el "mal gusto" de un Moyano, se transforma en la clave de la política. Bajo esta lógica Cristina grita, Cristina es soberbia, Cristina es irracional. Así las cosas, es pereferible ser claro y ver quién representa la moderación en el universo político actual, la moderación desde donde se espera desbancar al exlatado kirchnerismo, esa es la figura del ajedrecista Duhalde, nada hay más racional, menos exlatado que un ajedercista, y si, por una de esas vueltas de la historia, sus fuerzas se exalatan será la crisis la que causara nuevas muertes.

jueves, 12 de marzo de 2009

Néstor cumple, Román dignifica

Lo escucho a Néstor despotricar contra Clarín y me veo ahí, al lado de él, tratando de dejar atrás de una vez por todas la era de la despolitización, de la gestión eficiente macristizada. Me digo "hay historia, hay ideología". El posmodernismo se fue a la mierda. Al fin una lucha concreta. Algunos compañeros señalan lo riesgoso de la jugada o lo poco conveniente en términos políticos, señalan que tal vez no sirva la confrontación directa. Yo creo que que no hay que tratar de convencer a todo el mundo, hay que llegar con los nuestros bien cohesionados y con algunos otros, pero no con todos, esa idea de no molestar a la clase media no me gusta. Hay que darle duro a Clarín en todos los frentes, Ley de radiodufusión y tribuna polítca, incluso volver a la campaña de pegatina de calcos "Clarín Miente". Es cierto, por otro lado, lo sutil de las redes que teje el multimedio por medio de las cuales ha logrado transformarse en el sentido común de las clases medias, por eso los frentes de la lucha deben ser múltiples, deben ser también redes que unidas en puntos concretos afecten el todo. Este blog, claro, y otros también, son trincheras, cada charla cotidiana, cada palabra que designa. Clarín, el diario que miente. Ese debe ser el objetivo. Clarín debe transformarse en sinónimo de Mentira. Deslegitimar la palabra que expresa el diario. No es facil, requiere de múltiples operaciones permanentes, incluso de las arengas de Néstor que aunque no hieran nos sirven para cohesionarnos, nos designan al enemigo, nos indican el norte. En madio de esto surge lo de Román. Creo que Román es la última esperanza del futbol de escatar su propia escencia, es el único que sigue dignificando al jugador como el verdadero artífice del fútbol. Como en el mundo general del trabajo es el trabajador quien crea la riqueza, en el fútbol es el jugador, y eso Román lo sabe bien. Mil comentarios de los vampiros de Olé no llegan a opacar un caño de Román. El fútbol sufre sin Román. Lo voy a extrañar en la selección. Y Román sabe, también, que el enemigo es Clarín.