lunes, 23 de agosto de 2010

A vuelo de Pájaro

Una miradita rápida al panorama. A medida que se acerca 2011 el tema se pone espeso. Se inicia el año electoral de presidenciales llamativamente controlado en lo económico, eso de por sí resulta extraño, sólo en los últimos dos gobiernos ha ocurrido algo así, de llegar al año electoral con la economía no sólo controlada, sino en franco crecimiento Y con nula posibilidad de desestabilización por parte de los poderes fácticos (poder financiero sobre todo). No es poco.
Si la calidad institucional se mide por la capacidad de la sociedad civil de presentar sus demandas y tener respuestas de parte del poder político que lo representa, y por articular un sistema de control eficaz con capacidad de sancionar por la vía política a través del voto, o por la vía judicial, los últimos años nos han permitido un avance sustancial: ley de medios, matrimonio igualitario, encarcelamiento de cómplices del atentado a la Amia, juicio y condenas a criminales de lesa humanidad, reducción de la capacidad de lobby de las corporaciones o al menos su denuncia, combate (aunque direccionado, aunque no alcanze, aunque haya empresas aún impunes) a situaciones monopólicas o de competencia desleal (el caso del momento es Fibertel, pero ha habido otros), y hasta me animo a enumerar la creación de una nueva policía (destacando especialmente que el enfoque ideológico que le ha dado el Gobierno de Macri es por demás peligroso; pero no se puede obviar que era una demanda de la socieddad. Quizá sólo podamos lamentarnos de que los anteriores gobiernos "progresistas" que tuvo la ciudad no hayan sido capaces de llevar adelante una idea similar). En fin, que el avance en términos de calidad democrática es considerable, siempre que tomemos el concepto de democracia desde un paradigma latinoamericano y no desde la ciencia política hegmónica norteamericana o europea.
Lo preocupante: la fragmentación opositora, la poca calidad de los planteos opositores en términos de los modelos de Gobierno que plantearían en caso de acceder a la rosada, en fin, la baja estofa de la mayoría de los dirigentes opositores, que permite que el bastón de mando de la oposición sea llevado por dos dirigentes de corporaciones (Magnetto y Biolcatti) que han dado sobradas muetras de desprecio hacia la democracia. Un llamado de atención.

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